Cooperativismo, un camino urgente para los pequeños agricultores

Nuestro país con poco más de 17 millones de habitantes representa solamente el 0,2% de la población mundial y aporta alrededor del 0,3% del PIB del orbe. Sin embargo, posee 35,5 millones de hectáreas de uso agrícola, pecuario y forestal, que lo hacen tener relevancia en el mercado de la producción alimentaria mundial.

De los 300.000 agricultores que hay en Chile, 285.000 tienen menos de 12 hectáreas de riego básico, es decir, tenemos un 90% de pequeños productores en un sector tremendamente atomizado con una mayoría de productores que pertenecen a la agricultura familiar campesina.

El pequeño productor no tiene reales posibilidades de competir en costos de producción, precios de venta competitivos, rendimiento y menos aún en acceso a tecnología y conocimientos que le permitan pararse de igual a igual en el mercado. Si está solo, simplemente se estanca.

Por otro lado, el productor más grande también necesita del pequeño para generar el volumen de producción que le permita ser más competitivo en un mercado cada día más globalizado y con tecnologías complejas, y para ello necesita que el pequeño productor cumpla con los estándares de productividad, calidad y eficiencia necesarios.

Todo este análisis, nace del seminario de Cooperativismo moderno y asociatividad: una solución para el Agro, al cual fui invitada por el ministro de Agricultura, Antonio Walker, a quién envío mis felicitaciones por promover y fortalecer las cooperativas, a través de este último seminario.

La asociatividad es una oportunidad para que los agricultores compitan globalmente, disminuyendo la concentración económica.

Existen diversas maneras de asociatividad, como los Grupos de Transferencia Tecnológica (GTT), alianzas productivas, encadenamientos productivos y por supuesto el Cooperativismo.

En Europa el 20% de la agricultura es socia de una cooperativa, llegando en Francia al 50%. En Nueva Zelanda el 30% de los habitantes son socios de alguna cooperativa y en Estados Unidos el 26% de los productores agrícolas son cooperados.

Las principales cooperativas del mundo desarrollado generan el 15% del PIB mundial con ventas en 2017 de U$ 2,5 millones, en cambio en Chile representan solamente el 1,5% del PIB y las cooperativas agrícolas son solamente el 10% del total.

El Cooperativismo moderno plantea organizaciones miradas como verdaderas alianzas comerciales productivas, y mira a sus socios como empresas con una cooperación estrecha entre ellas, con las regulaciones mínimas que permitan flexibilidad de acuerdo a los requerimientos de sectores específicos pero que no se entrampan en reglas y exigencias.  Para enfrentar este mundo globalizado y tener una real oportunidad de competir en el Cooperativismo es parte de la solución y constituye una oportunidad y un desafío para la agricultura, y en este sentido es fundamental la promoción de esta forma de asociatividad por parte del Estado, otorgando al sector normativas flexibles y justas, además del imprescindible apoyo en difusión de tecnología y conocimientos que hagan posible la participación equitativa de pequeños, medianos y grandes productores.